Fotografías que transmiten por sí solas. Desde la magia del momento.

Fotografías que transmiten por sí solas. Desde la magia del momento.

Fotografía homenaje a la vida

El captar un gesto o una mirada, que transmita calidez, ternura, generosidad, en definitiva materializar un momento que nos hable de amor en todas sus expresiones.
Soy Natalia Blanco, fotógrafa profesional y esa es mi inspiración.

Mi estilo de fotografía como homenaje personal a la vida, desde la gestación hasta el nacimiento, sin olvidar el crecimiento y desarrollo en la edad más tierna y la relación del bebé o menor, con sus seres queridos.

Capturo esos momentos especiales para que podamos fácilmente recordarlos tan sólo mirando una foto.
Fotos que nos hablan, que nos hacen sentir.

El regalo de poder revivir esa esencia del momento una y otra vez.
El regalo de poder revivir esos recuerdos inolvidables.

Un placer poder ayudarte a hacer realidad tus recuerdos más tiernos, con toda la intensidad que puede transmitir una imagen, desde una experiencia cercana y amorosa en mi estudio, tu casa.

New born

Desde la naturalidad, el respeto a su ser, su identidad, sin usar excesivos accesorios. Una fotografía que quiero sea transparente, teniendo sólo como base la emoción y la naturalidad.. Sus primeras fotos. Sus primeros recuerdos de su vida.

Embarazo

La vida desde la más íntima experiencia. Fotografío la belleza en esencia, en las que intento captar las emociones y sentimientos de la evolución de esa tierna espera, con el cuerpo como único protagonista.

Lactancia

Tanto si das el pecho, como si das biberón, celebra este vínculo natural de la vida entre madre e hijo, capturando este regalo de la vida.

Otras sesiones

Capturo esos momentos de conexión entre familiares, instantes que hablan por sí solos.

Enfocándome en esos cálidos lazos entre personas que se quieren.

  • Seguimiento del primer año
  • Sesión de cumple
  • Sesiones familiares

Una tierna y cálida experiencia fotográfica

Hola, soy Natalia Blanco

De niña me encantaba abrir el baúl donde mi madre guardaba los álbumes de fotos. Me podía pasar horas y horas viendo las fotos de familia recordando cada momento y viviéndolo como si se tratasen del mismo presente.
Ya entonces suponía un momento mágico para mi. Supongo que, de alguna forma, empezaba a entender lo rápido que se pueden esfumar los recuerdos y valoraba ese papel brillo de 10×15 cm, como ventanas a un pasado.
Sin saberlo ya desde ese temprano momento, me estaba enamorando de la fotografía.

Y es que esa conexión con el séptimo arte, como le llaman los entendidos, me ha acompañado durante toda mi vida.

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Sesión de Navidad

Día de la madre

Sesión en exterior

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